Antes del paraíso
Los días, mis días, eran una metódica expropiación de todos los minutos y todas las energías, dedicado a tareas de business management, creativity network y ongoing activities en una empresa consultora. En otras palabras: los días, mis días, eran un páramo cubierto de nieve sucia y ligera, nieve aguada, delicuescente, que uno pisaba provisto de botas altas, chapoteando, alzando los pies con esfuerzo sobre un terreno frío y encharcado. Solo al atardecer era posible encontrar unas migajas de paz doméstica y sencilla. En ellas habitaban el beso de Violeta, sus labios finos deslizando en mi oído una palabra de afecto, y la mesa de la cocina repleta de estuches, cuadernos y pinturas, donde Nacho y Marta hacían los deberes.
(Extracto del cuento “El ancla”, del libro “Antes del Paraíso” de Pedro Ugarte y editado por Páginas de Espuma)